jueves, 9 de abril de 2009

Si uno pudiera decir siempre lo que piensa. Si a veces no estuvieran tan divorciadas las cosas que decimos de las que pensamos. Cuando hacemos lo que decimos, y decimos lo que sentimos, es mucho mejor ¿Qué hacemos hoy para que sea un gran día?¿Necesitamos grandes hazañas?¿Siempre tiene que ocurrir algo espectacular para que sea un gran día?¿O un gran día se puede hacer de pequeños momentos?¿Depende sólo de nosotros ese Gran Día? No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.. No levantarse con el pie izquierdo, dicen. ¿Alcanza desear un gran día para tenerlo? Un gran día, o un pésimo día. No tiene muchas recetas, tal vez una: está hecho de decisiones. De buenas y de malas decisiones. No sólo propias, también ajenas. Pero no de grandes decisiones, sino de esos pequeños gestos que nos hacen grandes. Un gesto de amor puede hacer que ese día sea no un día más, sino un gran día. Aunque no todo está en nuestras manos. Un gran día para algunos puede ser trágico para otros. Un gran día no es el que está hecho de grandes hazañas y conquistas. Un gran día está hecho de pequeñas cosas: de una palabra de aliento, de una sonrisa, de una mirada.. y también de una ausencia.

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